La Tierra, la casa que habitamos en el universo, es un planeta
extraordinariamente privilegiado, ya que no se encuentra tan cerca, ni
tan lejos del Sol, y es lo que permite que la vida en su superficie
fluya realmente esplendorosa. Lo más probable es que la Tierra no sea el
único planeta en donde haya vida en lo que nuestras mentes logramos
entender como infinito. De lo que si estoy plenamente seguro es que muy
pocos otros lugares puedan tener los privilegios que tiene la Tierra
para que el
desarrollo de la vida sea tan exquisito.
desarrollo de la vida sea tan exquisito.
No obstante la singularidad con la que se desarrolla la vida sobre la
Tierra, los humanos, la especie más inteligente que ha podido surgir en
ella, ahora amenaza gravemente la existencia de esa forma tan difícil de
explicar que tiene la organización de la materia, que le atribuye la
capacidad de nacer, crecer, reproducirse y morir, y a lo largo de
sucesivas generaciones, evolucionar: la vida. Así como al calentar un
volumen de agua, aumenta la velocidad del movimiento de sus moléculas
que hace que gradualmente la atracción de ellas se debilite y pierda
progresivamente su estado líquido para ebullicionar y finalmente
evaporarse, del mismo modo se considera que el Homo sapiens sapiens, el
hiperanimal inteligente, hablante, portador de afecto sublime, culto,
societario, constructor, cuidadoso, creativo, solidario, compasivo,
racional, artista y poeta, grotescamente esta involucionando hacia su
lado perverso, negativo, convirtiéndolo aceleradamente en una forma de
expresión de su contrario inexcluyente: el Homo sapiens demens, en el
que emergen, prevalecen y se fortalecen actitudes justamente
demenciales, neuróticas, destructivas, crueles, egoístas,
insensibles, atroces y otras que lo conducen a asfixiarse en sus propios desechos.
insensibles, atroces y otras que lo conducen a asfixiarse en sus propios desechos.
Para tratar de entender esta dualidad del hombre, comprender la relación entre la paz
y la sustentabilidad de la vida terrenal, es trascendente entender que
cosa es la vida y porque hay tantas formas de seres vivientes en la faz
de la Tierra; no haciendo falta discutir como apareció la vida sobre el
planeta Tierra.
Hasta la aparición del Homo sapiens sapiens sobre la Tierra, unos 300000
a 200000 mil años atrás, esta mantuvo un equilibrio que ninguna maquina
en la actualidad lo ha logrado. Todos sus elementos estaban en perfecto
orden: tanto los elementos vivos como los no vivos. Todos se
interrelacionaban y autorregulaban. Esto obviamente no quiere decir que
en el devenir histórico, por razones al margen de ese control y
autocontrol, no habrían ocurrido cambios drásticos y dramáticos; sin
embargo, la naturaleza como expresión de sabiduría, permito, y siempre
permitirá, que frente al caos, todo retorne al orden. Es decir nunca
hubo, ni habrá orden absoluto, pero siempre perdurara en la naturaleza
la tendencia a mantener el equilibrio. En aquellos tiempos la dinámica
de la vida sobre la Tierra era equivalente a una orquesta sinfónica
hipercompleja, y la melodía de la vida era sublimemente divina.
Algo así como escuchar la sinfonía de Beethoven al son de la Orquesta
Filarmónica de Berlín, conformada por unos 100 músicos, todos expertos
en manejar cada uno sus instrumentos; experiencia lograda con vocación y
luego de muchos años de dedicación y entrenamiento. Con plena seguridad
que esta melodía no sería la misma si 30 o 40 de sus integrantes la
hubieran abandonado o si sus instrumentos se habrían malogrado o
perdido. De igual modo la sinfonía de la vida sobre la Tierra no será
igual si sus integrantes están enfermos, disminuyen o simplemente
desaparecen.
En la estructura y dinámica de la vida sobre la Tierra, todos los
organismos que surgieron en ella equivalen a un miembro de la compleja
Orquesta Sinfónica de Berlín.
Cada especie cumple una función determinada. Nunca hubo especie que
sobre, ya que cada una es especialista en algo, así como cada músico es
especialista del instrumento que toca en la filarmónica. No hay ser
viviente que haga daño. Todos, son especialistas en algo, esenciales
para el mantener el perfecto equilibrio de la vida sobre la Tierra. Las
bacterias y los hongos de todo tipo, los insectos, los peces, los
mamíferos, las plantas de todo tipo, etc., se interrelacionan en
diferentes dimensiones, la mayoría de ellas con extremada sutiliza, y
son indispensables para mantener esa maravillosa melodía del equilibrio
de la vida sobre el planeta. Las plantas, macroscópicas y microscópicas,
proveen de alimento para todos los animales sin excepción. No
tuviéramos los enormes volúmenes de “anchoveta” si no fuera por la
actividad de las microalgas que existen en el mar. La “anchoveta” por
otro lado sirve de alimento y mantienen los grandes volúmenes de
“bonitos”, “cabrillas”, tiburones, ballenas, lobos marinos, aves, etc.
Los que se alimentan de la “anchoveta”, incluido los seres humanos, no
guardamos relación con las microalgas? Todos los seres vivos durante su
desarrollo generan una serie de desechos: orines, heces, vómitos, hojas
ramas, piel, caparazones, pelos, etc., y por otro lado, como no pueden
ser eternos, se mueren y también se constituyen en desechos, pero los
mares, los bosques, los ríos, los lagos, los charcos, las praderas,
etc., nunca alteraron su equilibrio por estas causas. Son las bacterias y
los hongos los especialistas en transformar todos estos desechos en
diversas formas de nutrientes, para fertilizar las plantas para que
estas puedan seguir produciendo. Por ello son fundamentales la muerte y
las bacterias. Las bacterias son el puente entre la muerte y la vida.
Cuando los desechos son producidos más allá de la capacidad que tienen
las bacterias para transformarlos, los carroñeros son los que tienen la
tarea de transformarlos en sus propios cuerpos. Por eso son importantes
los “carreteros” en el mar, los “gallinazos”, las ratas, las cucarachas,
las hormigas, muchas aves, ya que no permiten que las condiciones
medioambientales se alteren, retirando todo tipo de “basura natural”.
Sin las bacterias y los carroñeros, no fuera posible apreciar tanta
limpieza y belleza en la naturaleza. Se constituye en una ley natural
que ninguna especie puede tener proporcionalmente mayor numero que las
demás, y cuando ello ocurre, inmediatamente se activan en esa misma
dimensión, el trabajo de los predadores y los parásitos. Pero los
depredadores y los parásitos, no solo cumplen esta función, sino que
además se encargan de “desaparecer” a los enfermos, los mal heridos, los
inválidos y a los viejos. En la naturaleza solo deben sobrevivir los
más aptos, los más competentes, para cumplir a cabalidad su función.
Tenemos que entender entonces que cuando un “otorongo” devora a un
tierno pero desnutrido venado, no es un acto cruel, es simplemente la
función que le compete cumplir, necesaria, para mantener la vida sobre
el planeta.
Al aparecer el hombre sobre la faz de la Tierra, probablemente la última
especie en hacerlo, lo hizo verdaderamente en un paraíso, que la biblia
denomina El Edén. Sin embargo, pronto se dio cuenta que utilizando la
inteligencia que le permitía su masa cerebral, podía mejorar su calidad
de vida, y construyo sus viviendas, invento la pesca, la agricultura, la
rueda y la escritura. El hombre era feliz, vivía en paz,
y reconocía que era el ser vivo más privilegiado de la naturaleza y en
respuesta a ello mostraba su agradecimiento a ella: los Incas por
ejemplo instituyeron como parte de su cosmovisión, la adoración a la
Pacha Mama, la Madre Tierra, que alimenta a sus hijos. Por eso,
concebían que hubiera que cuidarla, pedir permiso para sembrar y no
maltratarla. Consideraban a la tierra como la matriz de vida, lugar del
encuentro con Dios, que lo sostiene todo: al hombre, los animales, las
plantas, las piedras, los ríos, los cerros y todo lo demás. La humanidad
reconocía la importancia de conservar la naturaleza para el bienestar
humano y garantizar la paz.
Luego el hombre invento la escritura y con ello invento e hizo prospera a
la ciencia, mejorando aún más su calidad de vida. A fines de los 1700s,
inventó el motor a vapor, dando inicio a la primera revolución
industrial. Hubo electricidad para los pueblos, se mejoraron los
servicios de salud y transporte y las comunicaciones, ya que se inventó
el tren y el barco a vapor. La mayoría de las actividades artesanales se
convirtieron en industrias. Lamentablemente la primera revolución
industrial significo para la humanidad varias aspectos negativos:
a) inicio del desequilibrio atmosférico que hoy se traduce en el cambio
del clima global, por la quema de volúmenes muy grandes de material
vegetal para el funcionamiento de los motores, y con ello se liberó
ingentes cantidades de CO2 a la atmósfera,
b) cambios dramáticos en la biodiversidad, concomitantes con la enorme deforestación de los bosques para abastecer de leña a la industria y ampliación de la frontera agrícola. Cuando el hombre corta un árbol, desaparece la casa de las aves, insectos, bacterias, gusanos. Disminuyen o desaparecen los especialistas para el trabajo articulado, mancomunado, para sostener el equilibrio de la vida sobre el bosque y la Tierra. Cuando se corta un árbol, la lluvia que cae se pone en contra de los suelos fértiles y los destruye, y la tierra deja de ser fértil.
c) Se inició la contaminación masiva de los ríos, lagunas, lagos, mares por enormes descargas de material residual de la industria principalmente minera y metal mecánica. d) Como la población humana creció exorbitantemente, se presionó los recursos naturales al extremo de la sobre explotación.
b) cambios dramáticos en la biodiversidad, concomitantes con la enorme deforestación de los bosques para abastecer de leña a la industria y ampliación de la frontera agrícola. Cuando el hombre corta un árbol, desaparece la casa de las aves, insectos, bacterias, gusanos. Disminuyen o desaparecen los especialistas para el trabajo articulado, mancomunado, para sostener el equilibrio de la vida sobre el bosque y la Tierra. Cuando se corta un árbol, la lluvia que cae se pone en contra de los suelos fértiles y los destruye, y la tierra deja de ser fértil.
c) Se inició la contaminación masiva de los ríos, lagunas, lagos, mares por enormes descargas de material residual de la industria principalmente minera y metal mecánica. d) Como la población humana creció exorbitantemente, se presionó los recursos naturales al extremo de la sobre explotación.
Menos de 100 años de inventado el motor a vapor, se inventó el motor a
combustión, dando inicio a la segunda revolución industrial. Con ello se
inventaron los automóviles, los transatlánticos, los aviones, los
cohetes interespaciales. Las industrias se multiplicaron y
diversificaron. Se desarrolló exponencialmente la ciencia y la
tecnología, y a fines de los años 1960s, el hombre ya visitaba la Luna.
La población mundial se incrementó exponencialmente originando
sobre-presión sobre los recursos naturales. Esta etapa de la vida sobre
la Tierra ha significado consolidar y en la mayoría de los casos
exacerbar los impactos negativos sobre ella:
a) desaparición masiva de especies producto de la sobre explotación y alteración de sus hábitat,
b) cambios dramáticos en la composición de los gases atmosféricos por liberación de CO2 de las industrias y gases sintéticos, que han acelerado la expresión del cambio climático y con ello el derretimiento de los casquetes de hielo perpetuos. También son los responsables de la lluvia acida, que aniquila la vida en los bosques, lagos, lagunas, charcos, y hace menos productivos los suelos agrícolas. Algunos gases sintéticos, como los clorofluorocarbonados son los responsables de la destrucción de la capa de ozono, permitiendo mayor cantidad de radiación ultravioleta sobre la superficie de la Tierra, responsable de mutaciones genéticas, envejecimiento acelerado de la piel y una serie de tipos de cáncer.
c) Producto del uso y abuso de agroquímicos empleados en la agricultura, casi todos los alimentos a la vez que nos nutren son los causantes de una serie de enfermedades y muerte, que azotan al mundo.
d) Los desechos tóxicos liberados en la naturaleza procedentes de las grandes industrias, refinerías de petróleo, fabricación de productos químicos y plaguicidas, minas, centrales nucleares, etc., entorpecen el equilibrio natural de los ecosistemas y un gran número de casos, las bahías, ensenadas, ríos, lagos, lagunas, bosques, praderas, etc., se han convertido en perfectos botaderos de desechos.
e) Las campañas publicitarias se orientas a ensalzar nuestro honor y orgullo, induciéndonos a pensar que somos exitosos mientras acumulemos más bienes, y nos han convertido en una sociedad compulsiva y psiquiátricamente consumista, forma infalible de acelerar el final de la biosfera por la falta de previsión.
b) cambios dramáticos en la composición de los gases atmosféricos por liberación de CO2 de las industrias y gases sintéticos, que han acelerado la expresión del cambio climático y con ello el derretimiento de los casquetes de hielo perpetuos. También son los responsables de la lluvia acida, que aniquila la vida en los bosques, lagos, lagunas, charcos, y hace menos productivos los suelos agrícolas. Algunos gases sintéticos, como los clorofluorocarbonados son los responsables de la destrucción de la capa de ozono, permitiendo mayor cantidad de radiación ultravioleta sobre la superficie de la Tierra, responsable de mutaciones genéticas, envejecimiento acelerado de la piel y una serie de tipos de cáncer.
c) Producto del uso y abuso de agroquímicos empleados en la agricultura, casi todos los alimentos a la vez que nos nutren son los causantes de una serie de enfermedades y muerte, que azotan al mundo.
d) Los desechos tóxicos liberados en la naturaleza procedentes de las grandes industrias, refinerías de petróleo, fabricación de productos químicos y plaguicidas, minas, centrales nucleares, etc., entorpecen el equilibrio natural de los ecosistemas y un gran número de casos, las bahías, ensenadas, ríos, lagos, lagunas, bosques, praderas, etc., se han convertido en perfectos botaderos de desechos.
e) Las campañas publicitarias se orientas a ensalzar nuestro honor y orgullo, induciéndonos a pensar que somos exitosos mientras acumulemos más bienes, y nos han convertido en una sociedad compulsiva y psiquiátricamente consumista, forma infalible de acelerar el final de la biosfera por la falta de previsión.
En estos últimos años, el hombre ya juega a ser Dios. Ha modificado los
genes, produce y comercializa seres vivos a la carta: los transgénicos.
Hace poco ha diseñado y creado bacterias, primer paso en su afán de
crear sus propias criaturas. A qué distancia nos encontramos de la
fabricación de las bombas biológicas?, y cuál será el destino de la vida
sobre el planeta?, de continuar esto, habrá opción de futuro digno para
nuestros hijos y los hijos de ellos por siempre? El Homo sapiens
sapiens está siendo superado por las estupideces de su contrario, el
Homo sapiens demens, que se apodera gravemente de las decisiones sobre
nuestro futuro, alimentado por el “combustible” de la avaricia y la
corrupción política, que promueven y protegen el individualismo y la
acumulación codiciosa de riqueza de multinacionales, bancos y pequeños
grupos económicos. En este insensato modelo de sistema económico, la
riqueza es la que se expropia y concentra en los grupos de poder y es la
pobreza lo que se distribuye entre millones de desposeídos.
Se trata de un sistema que altera la paz
mundial, entendida esta no como la ausencia de violencia o guerra, sino
más bien como el estado de ausencia de sensaciones deletéreas y
sentimientos negativos, basados en el establecimiento de buenas
relaciones entre grupos humanos o distintos estratos de la sociedad y el
respeto irrestricto al medio ambiente como mecanismos de garantía. La
paz entendida como aquello que no es algo que se tiene sino que se
siente, es decir que la llevamos dentro de nosotros o no la llevamos,
por tanto podríamos decir que estamos en paz social o no lo estamos.
Pues cómo los seres humanos podríamos estar en paz,
si sabemos que al consumir el agua y los alimentos, estos están
contaminados y por ello nuestros hijos y nosotros nos estamos
enfermando. Que el aire está contaminado pero que no tenemos otra opción
para respirar. Que no podemos exponernos al sol, ya que la radiación
ultravioleta nos envejece la piel y nos genera mutaciones, cáncer,
cataratas. Que cada vez existen menos opciones para disfrutar de un día
de campo, ya que estos están gravemente contaminados o han desaparecido.
Que producto de la manifestación del cambio climático global, habrá
escasez de agua, y que su aprovisionamiento originara guerras intestinas
entre los mismos seres humanos, pero además, que al subir el nivel
medio del mar, muchas ciudades, simple y sencillamente quedaran bajo el
agua del mar: donde nos refugiaremos los cientos y miles de familias?,
con qué medios? Como nos protegeremos de las fuertes lluvias,
inundaciones, ventiscas y huracanes muy propias del nuevo escenario
mundial?
Como podríamos estar en paz o sentir paz, cuando nos informamos o vemos
que ha ocurrido un derrame de petróleo o hay contaminación radiactiva y
que ya no podremos capturar más organismos para alimentar a nuestros
niños? Como podríamos ser insensibles sabiendo que en el mundo existen
poblaciones humanas sumidas en la extrema pobreza, y que muchos niños
mueren sencillamente porque no tienen que comer?
Entonces, a todos nos asaltan las interrogantes naturales: cuál es el
modelo de sociedad en el que deseamos vivir?, que sociedad aspiramos
para nuestros hijos?, pero sobre todo, a que estamos dispuestos para
legarles un ambiente sano y una vida digna? El papa Francisco acaba de
decir: “queremos que en nuestra sociedad, desgarrada por divisiones y
conflictos, estalle la paz”.
En otras palabras, aspiramos una sociedad en la que prime la verdad, la
justicia, el amor y la libertad, en donde no haya temor, pero si más
amistad, más armonía, más igualdad, iguales oportunidades.
Podremos alcanzar este prototipo de sociedad? Obviamente que sí. Si
hemos sido capaces de haber inventado los cohetes interespaciales, con
los que visitamos la Luna, Marte, Júpiter, y recientemente logrado que
estas naves se encuentren hurgando fuera del sistema planetario solar,
porque no? La mente humana tiene un potencial inimaginable, podemos
lograr todo, solo nos hace falta plantearnos los desafíos. Uno de los
mayores desafíos es obviamente el relacionado a replantear una nueva
óptica en las relaciones hombre-naturaleza. Redefinir el sistema
económico basado en la máxima producción, el consumismo, la explotación
ilimitada de recursos y el beneficio como único criterio de la buena
marcha económica. Pensar que la Tierra no puede suministrar
indefinidamente los recursos que esta explotación exige. Requerimos
desterrar el criterio que el éxito de la humanidad se basa en el control
y el dominio de la naturaleza. Necesitamos imponer un desarrollo real,
sincero, que permita la mejora de las condiciones de vida, pero con una
explotación racional del planeta, que cuide el ambiente. Necesitamos un
sistema orientado al disfrute de una vida decente, producto del acceso a
los recursos y al conocimiento. Necesitamos un sistema que elimine las
desigualdades en el reparto de los recursos, que la riqueza no se
concentre en un pequeño grupo de poder, sino que se distribuya
equitativamente: que destierre la pobreza. Un sistema en el que la educación
formal y en el seno familiar se oriente a formar personas que sepan
vivir, pero fundamentalmente que sepan convivir, que piensen que los
humanos estamos en la Tierra para ser felices. Necesitamos un nuevo
escenario mundial, basado en el principio del desarrollo sustentable.
Guarda pan para mayo y leña para todo el año, es la fiel expresión
folklórica del principio de desarrollo sustentable: refiere que la
actual generación debemos administrar con eficiencia y racionalidad la
biodiversidad y los servicios ambientales, haciendo posible el bienestar
actual, pero evitando comprometer la satisfacción de las necesidades
básicas y la calidad de vida de nuestros hijos y la de ellos por
siempre.
Resulta claro que para alcanzar la sustentabilidad ambiental
y garantizar con ello la paz, el tema debe incluirse como principio
rector y eje transversal de las políticas públicas. Reconocer que el
desarrollo sustentable no es un acto o que se impone y logra con una
ley. Es un proceso largo y sumamente complejo, que guarda relación
directa con la educación, en todos sus niveles: escolar, técnico, universitario y en la sociedad.
Tenemos que reconocer que es un tema tan importante como el que los
humanos sepamos leer, escribir y sumar. Pero además es un tema
fuertemente afectivo, ligado a los sentimientos de amor y respeto por la
naturaleza y nuestro prójimo. Se trata de buscar un mundo nuevo.
Necesitamos con urgencia hacer esta utopía una realidad.
Extraido de: Ecoportal.net